LA PROPIEDAD INTELECTUAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

A lo largo de la historia la humanidad, hemos atravesado por múltiples pandemias, estas  enfermedades masivas que, antiguamente, cargaban un aura  de misterio, oscurísimo y misticismo; brotes de incertidumbre que llegaron ha sacudir creencias, costumbres y la vida misma.

 Si bien, el COVID-19 no es la primera pandemia de grandes dimensiones a la que se enfrenta la humanidad, sí es la primera pandemia global que ha afectado al mundo moderno y junto con él, a los medios que lo componen; no podemos negar que a diferencia de La Gran Peste de Londres, La Fiebre Española o incuso, mucho antes a estas, la epidemia Ateniense en la Guerra de Peloponeso, en la actualidad vivimos rodeados de médicos, vacunas, medicamentos, ciencia y por supuesto tecnología que nos auxilia en la batalla.

Quizás por lo anterior, es que el COVID-19 nos ha sorprendido tanto. Nos creíamos superiores a nuestros predecesores, creíamos que si bien, éramos susceptibles a pandemias (como la influenza en el año 2011), nuestro avance tecnológico y científico es de tales proporciones, que podríamos controlarlo lo suficiente como para nunca llegar a los extremos de muerte y sufrimiento que se vivieron en épocas anteriores.

Sin embargo, nuestra altanería y la misma tecnología nos ha complicado las cosas, dándonos al mismo tiempo una gran lección; ya que cada vez es mas fácil estar conectados unos con otros, en la actualidad, nos toma solo unas horas estar en otro continente y por ende, contagiarnos con una velocidad de mayor rapidez que el internet con el que contamos.

Como abogados, las complicaciones han ido mas allá de nuestra salud, pues la ciudadanía, los gobiernos y los problemas que entre ellos surgen, ahora son extraordinarios, y nuestra labor es seguirles el paso.

Un factor que a pesar de las complicaciones obvias, nos ha cambiado la vida, es el comercio y la forma de hacer negocios. Por el momento, ha quedado atrás la vida en la que el consumidor quería  “ir de compras”, ver un escaparate o  en el que veíamos al comerciante abrir su negocio o tienda, pero eso no significa que la vida económica acabó, pues al contrario, solo se adaptó, y hasta podríase decir que “evolucionó”.

En tiempos de COVID la economía no se detuvo, simplemente sucede que ahora vive en nuestra interfaz, y es que el e-commerce nunca ha tenido más auge que en el presente; cada día que ha pasado de los casi 100 que llevamos en confinamiento, se han creado más negocios digitales que nunca, la gente, como buenos mexicanos, han encontrado la forma de salir adelante y debido a la distancia necesaria que debemos mantener y a las diversas disposiciones gubernamentales que se han aplicado, los negocios ahora son digitales.

El e-Commerce, más que otros sistemas, es el medio actual de ventas, éste supone el comercio de productos y servicios relacionados con la propiedad intelectual debido a la concesión correspondiente de licencias o permisos que la hacen funcionar de manera efectiva, al proteger contra el plagios a sus elementos constitutivos, tales como diseños, redes, programas informáticos, entre otros.

El actual contexto ha representado una oportunidad para el comercio electrónico al ser descubierto por quienes aún se mantenían ajenos a él, ya que diversos negocios y consumidores, más por necesidad que por convicción (al tener que pedir sus compras a domicilio), han tenido que dar un salto a este mundo.

Lo anterior, como todo en la vida, ha traído pros y contras, pero como abogados nos ha mantenido alerta, pues la actualización es más necesaria que nunca, y un grupo vulnerable en este sentido, es el de los llamados “emprendedores”; estas personas que tienen la iniciativa y valentía de iniciar un negocio, incluso en circunstancias tan difíciles como las presentes, necesitan mayor protección que nunca, empezando por sus ideas.

Hay que ponernos en el lugar del emprendedor, iniciar un negocio es siempre un camino rocoso, sin embargo puede llega a darles la libertad financiara que tanto necesitan, aunque  en el proceso, suelen desconocer cómo protegerse a si mismos, su producto y/o servicio, y por ende a su marca.

Es ahí donde el abogado es imprescindible, y el primer paso a dar para los emprendedores debe ser el de consultarles sobre la marca que desean iniciar y la protección que la misma requiere.

Si bien la Ley de Propiedad Industrial ha sufrido algunas actualizaciones en la era post T-MEC, no ha cambiado mucho en términos de registro de marca; lo que sí se ha incrementado es el numero de solicitudes de registro que recibe diariamente el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), el cual vale mencionar, ha mantenido una increíble labor de respuesta y actualización, pues ahora cuentan con una plataforma digital mejorada para la presentación de solicitudes, renovaciones, búsquedas e incluso oficialía, llegando México a ser el 5to país con mayor registros de marca a nivel mundial.

Quizás se pregunten ¿por qué tantos registros de marca? Pues bien, tener un negocio digital implica un mayor riesgo de plagio y copia, ya que la mayoría necesita del uso de las redes sociales para darse a conocer, mantener contacto con el cliente y, por supuesto, publicidad a mayor velocidad y llegando a grandes masas. Sin embargo las redes no son un medio jurídicamente seguro debido a que cualquier persona podría ver el éxito de un emprendedor y simplemente copiar el nombre, el logo, imagen o la marca completa y vender su producto haciéndose pasar por otro, afectando así la reputación comercial del emprendedor y significándole perdidas económicas.

 Ante estos actos de competencia desleal e infracción a marcas o avisos comerciales registrados, el IMPI establece que deberán ser sancionados, alcanzando un monto de $1,737,600 pesos, y las sanciones por una violación a derechos de autor, como lo son el uso de imágenes registradas pueden alcanzar un monto de $3,475,200.00 pesos; de forma tal que si el emprendedor tiene su marca registrada, podrá recibir una indemnización que repare el daño recibido, pero de no hacerlo podría perder todo el esfuerzo y dinero invertido en ella.

Porque vivimos entiempos inciertos, la ley debe serguir siendo clara y concisa brindando opciones de seguridad y justicia al ciudadano, conforme las circuntancias se presenten, y en la actualidad la propiedad intelectual a nivel nacional y mundial, se ha logrado mantener a la par, incluso, a la velocidad que el emprendedor lo necesita y la tecnologia lo permite, siendo una materia jurídica que vale la pena seguir de cerca y un modo comercial que seguira en constante evolución.

MTRA. FRIDA DELGADO PUJOL

FUNDADORA DE EMPÍRICA – LEGAL LAB: INSTAGRAM: @empiricalegalab

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